Después de 16 años de buscar justicia, Valentina Rosendo
Cantú finalmente la encontró en la sentencia dictada en días pasado contra dos
militares por delitos de violación y tortura.
La mujer indígena Me'phaa de la sierra de Guerrero fue agredida
sexualmente cuando era menor de edad por Nemesio Sierra García y Armando Pérez
Cantú. Al no poder resolver su caso en el país, buscó apoyo en instancias internacionales.
Integrantes del Centro de Derechos Humanos de la Montaña
Tlachinollan dieron a conocer el fallo dictado el pasado 1 de junio por la
jueza Fabricia Contreras Perales del Juzgado Séptimo del Distrito del estado de
Guerrero, al calificar la sentencia como un acto sin precedentes.
El tribunal federal emitió una pena de 19 años, cinco meses
y un día de prisión en contra de los militares.
El 22 de febrero de 2002, en el municipio de Acatepec, Guerrero, ocho militares se acercaron a ella para interrogarla, al no proporcionar la información que buscaban, la golpearon , amenazaron de matarla a ella y a todos los de la comunidad de Barranca Bejuco; y posteriormente la violaron, de acuerdo a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El 31 de agosto de 2010, la Corte IDH ordenó al Estado
mexicano implementar 16 medidas de reparación, como investigar lo sucedido en
el fuero civil, y no militar, y proceder a identificar, juzgar y sancionar a
las personas responsables para garantizar el acceso a la justicia de Valentina
Rosendo Cantú.
La sentencia de la Corte provocó que en 2014 México
modificara parcialmente el Código de Justicia Militar, "estableciéndose
que las violaciones de derechos humanos cometidas por militares contra personas
civiles se investigaran en tribunales civiles", destacan en un comunicado
el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional para Centroamérica y
México (CEJIL), el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y el
Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).
En rueda de prensa, Tania Reneaum, directora ejecutiva de
Amnistía Internacional México, señaló que la sentencia "marca un
antecedente para futuras mujeres porque nos ayuda a disentir de una verdad
histórica, de una verdad que siempre hemos aprendido las mujeres de que nuestro
cuerpo es para los hombres y de los hombres. Esta sentencia nos dice que
nuestro cuerpo y nuestra voluntad es nuestra: el cuerpo de las mujeres solo le
pertenece a las mujeres".