La modificación regresa el control administrativo docente
a los gobiernos estatales, pero mantiene federalizado el pago de nómina.
Después de debatir más de seis horas y con 381 votos a
favor, 79 en contra y dos abstenciones, el pleno de la Cámara de Diputados
aprobó en lo general y en lo particular la nueva reforma educativa y la turnó
al Senado de la República para su análisis y eventual ratificación.
Con cambios de último momento en la reforma, los
legisladores dieron el control a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), en temas como la admisión, promoción y reconocimiento
magisterial o el diseño de planes educativos.
La modificación regresa el control administrativo docente
a los gobiernos estatales, pero mantiene federalizado el pago de nómina.
Los diputados morenistas se manifestaron a favor del
proyecto, coreando “¡ya cayó!, ¡ya
cayó!, ¡la reforma ya cayó!”.
“No hay lugar para
la desconfianza o la descalificación de lo que hoy se apruebe aquí. Hay que
ponerlo en sus términos, esta reforma es un logro histórico que honra a los
caídos y a los perseguidos en la larga lucha del magisterio”, comentó Mario
Delgado.
Por su parte los legisladores panistas, mostraron
carteles con la leyenda “¡niñas sí,
niños sí!, ¡CNTE no!”, rechazando la reforma constitucional, por considerar que
en respuesta a los chantajes y caprichos de la disidencia magisterial, incluyó
una “manzana envenenada” entre los artículos transitorios.
“Se introduce un artículo décimo sexto que es
peligrosísimo y que no era objeto de la reforma y que quiere precisar el
alcance del régimen laboral y deja preocupaciones para poder eventualmente
introducir prácticas que puedan consolidar la corrupción, el tráfico de plazas,
la venta de plazas y el tráfico de personas”, acusó el coordinador panista,
Juan Carlos Romero Hicks.