Con el argumento de combatir el tráfico de personas, el
canciller Marcelo Ebrard anunció que las medidas de control migratorio, derivadas
del reciente acuerdo con Estados Unidos, llegaron para quedarse.
Por lo pronto informó que ha concluido, como se tenía
previsto, el despliegue de la Guardia Nacional, así como el inicio de la
cooperación económica con América Central.
El canciller, dijo que no habrá tolerancia contra los
grupos delincuenciales que lucran con la movilidad de personas, y admitió que
hay colusión no sólo de agentes del Instituto Nacional de Migración, sino de
otros servidores públicos e incluso de empresas de transporte.
Acerca de si los operativos para impedir que los
migrantes avancen continuarán más allá de los 90 días del plan emergente
acordado, informó que México “ya no será país de tránsito anónimo, en manos del
tráfico de personas”.